lunes, 6 de noviembre de 2017

Cuando el independentismo usa las tácticas del fariseísmo



Venimos de aquí: Y el diablo engañó a los independentistas (https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/10/y-el-diablo-engano-los-independentistas.html).

Algunos han comparado al expresidente Puigdemont con Tintín por su surrealista escapada a Bélgica y otros lo han asemejado con algún personaje cómico. ¿La realidad? Que de gracioso no tiene nada[1]. Como lo describe la psicóloga Pilar Enjamio, su perfil es inquietante: narcisista, sectario y un mitómano, “una patología que distorsiona la realidad y es peligrosa. Se vive una realidad paralela, un pseudoliderazgo y una falsa creencia de máxima autoridad. Lo fantasioso, lo irreal, el nombrarse y creerse Rey de un país de cuento es muy próximo a la alucinación y paranoia. Peligroso cóctel creador de comportamientos muy peligrosos para regir proyectos políticos en los que se vea inmersa una Comunidad y todo un país. El bienestar común desaparece en aras de una locura que no es transitoria sino integrada en una personalidad con claros rasgos compulsivos,  repetitivos y obsesivos. Sin escrúpulos, sin ética, todo en función de una idea, única y exclusivamente. Parece una representación  teatral, cómica, pero con resultados dramáticos. Lo grave de esta situación es que se cree un personaje  y nada ni nadie puede derrocarlo. [...] Él nunca se equivoca sino que son los demás los que siempre fallan. [...] Tú respetas mis ideas pero yo no respeto las tuyas. Esa es la premisa[2].

Fariseos
Tanto él como el resto de los miembros de su ya depuesto gobierno –algunos de los cuales ya duermen en prisión-, recuerdan completamente a la secta de los fariseos que aparece en el Nuevo Testamento.
Según el diccionario, los fariseos eran “una antigua secta judía que aparentaba austeridad pero que en realidad no seguía el espíritu religioso”[3]. Por eso se les consideraba falsos e hipócritas, aunque tenían una buena reputación entre una parte del pueblo judío. La cuestión es que decían cumplir la ley a rajatabla –incluso más allá de ella-, pero eran los primeros que se la saltaban. Es el mismo principio –diría que la “doctrina” principal-, en que se basa el fariseísmo catalán independentista, sustentado en dos pilares como son la farsa y en la mentira sistemática.

Se saltan las leyes y las ajustan a su medida
Jesús –que llamó hipócritas a los fariseos (cf. Mt:22:18)-, les dijo que erraban porque ignoraban las Escrituras y las verdaderas leyes de Dios: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mt. 22:29). Conocían la ley, pero la aplicaban a conveniencia propia o directamente no la cumplían: “mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen” (Mt. 23:3).
El fariseísmo independentista actúa de la misma manera: resalta que el Gobierno de España está fuera del Estado de derecho y de la democracia, cuando son ellos los que han ignorado una y otra vez las leyes, la Constitución y el Estado de Autonomía. ¡Llegaron al extremo de saltarse la propia ley del referéndum que ellos aprobaron ilegalmente, incumpliendo veinte de sus treinta y cuatro artículos[4]! Me recuerda a las palabras atribuidas a Groucho Marx: “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. ¡Mire usted, ni José Mota hubiera escrito un guión tan absurdo como el que se vio el mes pasado en el Parlamento!
Tienen el atrevimiento de denunciar a los jueces como si éstos estuvieran dirigidos por el Gobierno, cuando en este país hay separación de poderes. ¿Saben los catalanes independentistas que los gobernantes de la República habían llegado ya al acuerdo de que no hubiera dicha separación? ¿Saben los catalanes independentistas que es así la manera en que las dictaduras hacen y deshacen a su antojo y controlan a los que disienten de sus ideas?
La prueba tajante de que algo así es impensable en España se comprueba por la cantidad de políticos que están en la cárcel por corrupción, como por ejemplo el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, entre otros muchos, y más que están ya en pleno proceso judicial.
El rector de la Universidad Politécnica de Cataluña, Enric Fossas, pidió hace unos días en un comunicado la libertad de los exconsejeros que entraron en prisión, al alegar que “el Gobierno catalán encarcelado fue legítimamente elegido en las urnas”. Que lo digan personajes como Piqué, Guardiola o Bartoméu, pues mira, no me queda más remedio que aceptar lo que tristemente ellos mismos se han encargado de demostrar: que no dan para más. Pero que el rector de una Universidad –junto a otras personas “cultas”- digan algo así, es muy preocupante, ya que deja patente hasta qué extremo la demagogia y el fanatismo pueden controlar la mente de un ser humano.
Señor Fossas: haber sido elegido democráticamente no le da derecho a nadie a saltarse las leyes, se llame como se llame y ostente el cargo que ostente.
Aquellos que están en prisión no son “presos políticos” como señalan; son “políticos presos” que tienen que responder ante la Justicia por sus fechorías. Por eso, cuando un pequeño grupo de sacerdotes católicos y Nicolás Maduro exigieron hace unos días que se liberasen a dichos delincuentes (“hombres de paz” los llaman estos curas[5]), cuarenta y cinco millones de españoles tuvimos que ser atendidos urgentemente en los hospitales por un ataque de... risa.

Totalitarios, supremacistas y separatistas
Simón el fariseo invitó a Jesús a comer a su casa. Una vez allí, una mujer pecadora derramó sobre él un perfume: “Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora” (Lc. 7:39).
El fariseo separa a las personas en dos grupos: los que hacen lo que ellos dicen y los que no. Lo mismo que proclama el fariseísmo independentista: o estás con nosotros o contra nosotros; o eres un catalán de primera o lo eres de segunda; o defiendes hasta el final nuestros ideales o no eres de los nuestros; o eres leal o eres indigno a la causa; o sigues nuestras reglas o eres un facha franquista de ultraderecha. Y esta universo paralelo se ha instalado en las calles, en los institutos y en las universidades. En definitiva, fascismo puro y duro.
El mismo Puigdemont lo vivió en sus carnes: cuando se supo que iba a convocar elecciones, su propio pueblo le llamó “traidor” y “Judas”. Cuando cambió nuevamente de opinión, los mismos individuos le alabaron con admiración.

Se presentan como víctimas y mártires
Cuando los fariseos conspiraron para matar a Jesús, llegaron a la conclusión de que era mejor que muriese él que no todo el pueblo: “Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca” (Jn. 11:49-50).
En ningún momento los fariseos pensaron que ellos eran el problema. En ningún momento reconocieron que tenían que cambiar su forma de pensar. En ningún momento aceptaron que Jesús les había refutado una y otra vez.
Una vez más, observamos el mismo sentir en el fariseísmo sececionista: “nosotros somos las víctimas”; “nosotros somos los que sufren la represión”; “el Estado español nos golpea”; “no nos dejan ser libres”. Y ahora que están siendo juzgados se les ve llorando, como la señora Forcadell, sin la cual y sin su permiso como presidenta de la Mesa nada de esto habría acontecido.
Lo que más me llama la atención es que están tan ciegos que no son capaces de ver que solo ellos se creen tales falacias. En ninguna parte del mundo aceptan sus mentiras, solo los que son como ellos: etarras como Otegi y grupos nacionalistas como HB Bildu o los flamencos de Bélgica, podemitas como Iglesias, Echenique y Fachin (estos dos últimos extranjeros que quieren destruir el país y reconstruirlo según sus principios), grupos antisistemas como la CUP y algún que otro político eurófobo.

Proclaman hablar en nombre de la verdad cuando en realidad mienten
Los fariseos –junto a otros muchos judíos- se consideraban hijos de Abraham porque eran descendientes de él. Jesús les contestó que estaban muy equivocados: “Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. [...] Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. [...] Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira (Jn. 8:39-44).
Uno de los textos que suelo tener en mente cuando escucho a las personas exponer sus argumentos sobre cualquier tema y así poder discernir sus pensamientos es el que escribió Santiago: “porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica” (Stg. 3:15). Aquí se nos muestra que la verdadera sabiduría procede de Dios, y que el resto es meramente humana o animal, y, en el peor de los casos, diabólica. Y Jesús dijo que la mentira per se procede directamente del diablo, “el padre de mentira”.
Cuando alguien dice que los que han sido encarcelados son presos políticos, ¡miente! Cuando alguien dice que están presos por defender ideas, ¡miente! Cuando alguien dice que los gobernantes han sido cesados injustamente, ¡miente! Cuando por enésima vez leo al famoso Jordi Évole posicionarse en contra de las detenciones y decir que “a la gente se le mete en la cárcel para que un pueblo esté más seguro y protegido, pero yo creo que no hay mucha gente que se sienta más protegida por ver a esos personajes en la cárcel”[6], me pregunto cómo puede creerse sus propias mentiras. La verdad es que están presos porque había riesgo de que se fugaran como hizo Carlos, porque han dado un golpe de Estado, porque habían usado a los Mozos de Escuadra como Policía Política y porque seguían conspirando para llevar sus planes a buen puerto (“seguimos trabajando”, como decían de forma eufemística). Y todo eso a pesar de que habían sido destituidos en virtud del artículo 155 de la Constitución. Y siento disentir completamente con el señor Évole; la inmensa mayoría de los españoles sí estamos mucho más tranquilos con las medidas tomadas por la Justicia ante estos insurrectos.
Se puede defender ideas –incluso la independencia, ya que es algo lícito- pero siempre respetando la ley y con la verdad por delante. No sé cómo todos estos personajes y políticos pueden mentir segundo tras segundo y vivir con la conciencia tranquila. Supongo que están tan acostumbrados a hacerlo que ya ni les afecta ni les crea ningún tipo de remordimiento. Habría que inventar un nuevo término para describir la inmoralidad del que usa la mentira y el autoengaño para defender sus pensamientos. ¡Cuánta oscuridad! ¡Cuántas tinieblas!

Sabiduría diabólica
La sabiduría de Dios es “primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” (Stg. 3:17). En consecuencia, la sabiduría diabólica es impura, reñida, maligna, llena de dureza y de malos frutos. ¿Qué contemplamos nuevamente en el independentismo? Mentiras por doquier y una sabiduría con frutos malignos:

1) Anuncian que ellos representan al “pueblo catalán” y que obedecen al mandato de las urnas, a pesar de que fueron una patraña. No piensan realmente en el bien común y han usado a una parte de la población para sus fines engañándolas una y otra vez. Han provocado la fuga de empresas, el aumento del desempleo y el descenso del turismo. Además, y lo que es más grave:

- Han polarizado a la sociedad española.
- Han enfrentado a catalanes con catalanes.
- Han ignorado a más de la mitad de la población catalana que se ha manifestado de forma multitudinaria y de forma festiva en las últimas fechas.
- Han hecho aflorar sentimientos malsanos en millones de personas, tanto en independentistas como en los que no lo son.
- Han logrado que miles de españoles estén boicoteando productos catalanes, hastiados ya de escuchar insultos y menosprecios a los emblemas nacionales, cansados de los escraches, caceroladas y campañas de difamación, y hartos de contemplar cómo han señalado y acosado a menores de edad por ser hijos de Policías, y del uso que han hecho de niños para sus fines.
- Se han aliado con partidos que quieren aplicar en España la misma política corrosiva que ya está implantada en Venezuela.
- Se han gastado millones de euros en promover el Procés y en financiar a “embajadas” en el extranjero y asociaciones separatistas como ANC y Òmnium.
- Hacen manifestaciones, cortan el tráfico y las vías ferroviarias exigiendo que los jueces se salten las leyes y hagan la voluntad que ellos quieren imponer por medio de sus chantajes.
- Han manipulado la historia para que la juventud crea que Cataluña fue en el pasado un país o que en 1714 hubo una guerra de secesión contra España en la que fueron derrotados. Este comportamiento es exactamente igual al que se describe en la famosa novela 1984 de George Orwell, donde el “Ministerio de la Verdad” se dedicaba a manipular y a destruir los documentos históricos para conseguir que el pasado coincidiera con la versión oficial del Estado. Realmente me quedo sin palabras al comprobar cómo la realidad supera a la ficción.
- Y, por último, siguen enalteciendo a las multitudes para que se rebelen y defiendan lo que para ellos es el Gobierno legítimo de Cataluña. ¡Si hasta el diputado Joan Tardá –que cobra 8434 euros brutos al mes con dos pagas extras de más de 13.000 euros[7]- ha propuesto que no haya alumbrado de Navidad como señal de protesta! ¡Hasta esa alegría quiere quitarle a los catalanes!

2) Uno de sus frutos es el odio. El expresidente Jordi Pujol dijo en una ocasión que “el hombre andaluz no es un hombre coherente. Es un hombre anárquico. Es un hombre destruido. Es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual”[8]. Aplicables aquí las palabras de Cristo: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lc. 6:45).

3) Para defender el nacionalismo separatista, se consideran diferentes al resto de españoles, como dijo el preso y exvicepresidente Oriol Junqueras: “Los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles; más con los italianos que con los portugueses, y un poco con los suizos. Mientras que los españoles presentan más proximidad con los portugueses que con los catalanes y muy poca con los franceses”[9]. Estas palabras son una versión moderna de la lamentable oración del fariseo que decía así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres” (Lc. 18:11).
Que algo así salga de la boca de una persona que se considera creyente –en su caso, católico- y que va a misa pero no obedece la ley, es inaudito. ¡Ay señor Junqueras, no se puede estar en misa y repicando!

Mi sorpresa y esperanza
Estos dirigentes han engañado por activa y por pasiva al pueblo catalán, les han dicho que las empresas no se marcharían cuando ya se han ido más de 2000, les dijeron que permanecerían dentro de la Unión Europa y del euro cuando les han dejado muy claro desde las instancias europeas que no sería así, y les han vendido a la población la idea de que serían más ricos siendo independientes cuando en realidad perderían más del 20% del PIB. Aparte, por mucho que sigan con la cantinela de que “España nos roba”, Cataluña es la comunidad con mayor número de procesados y acusados por corrupción, duplicando a la segunda.
Aunque ya vimos en el escrito anterior que es el diablo el que los tiene cegados, me sigue sorprendiendo sobremanera que siga habiendo miles y miles de personas que les apoyan y nada les hace cambiar de opinión. Se hacen realidad las palabras del filósofo griego Anaxágoras: “Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía”. La culpa ya no es de los políticos que les engañaron una vez, sino de las personas que se siguen creyendo sus mentiras. Es como si estuvieran hipnotizados y controlados por un impulso que no pueden dominar, dejando la razón en un rincón abandonado. Tienen un comportamiento que me recuerda a ese colectivo impersonal que conquistaba el planeta Tierra en la terrorífica película La invasión de los ultracuerpos (1978). ¡Como el final sea el mismo, menudo futuro lúgubre les espera! Con esto no quiero decir que sean malas personas, sino que están completamente ofuscadas; por eso resulta tan interesante leer el testimonio de una independentista arrepentida que ha despertado del sopor (http://www.libertaddigital.com/espana/politica/2017-10-24/el-impresionante-articulo-para-salir-del-armario-de-una-independentista-arrepentida-1276607989/).
Hemos reseñado algunos puntos en común –porque hay más no citados- entre el fariseísmo judío y el independentismo catalán. Así que, como conclusión, podemos afirmar que actúan como una secta de corte político surgida en pleno siglo XXI con una estructura perfectamente definida y de la que son miembros activos –estén ya o no encarcelados- los señores Puigdemont, Junqueras, Romeva, Rull, Turull, Forn y las señoras Colau, Forcadell y Simó –entre otros y otras- como cabezas más visibles de este complejo organigrama sectario.
Los cristianos que se han dejado arrastrar por la locura secesionista encabezada por este hombre y otros muchos deberían tener todo esto en cuenta, y analizar lo que está sucediendo a través de la lupa de la Biblia, porque el lavado de cerebro ha sido brutal. De lo contrario, las palabras de Jesús se seguirán cumpliendo: “si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mt. 15:14). Todo el mal que pueda aparecer en el horizonte a partir del 21 de diciembre será responsabilidad  única y exclusiva de los que voten a favor de estos líderes. Así que esperemos que las elecciones devuelvan el sentido común ante tanta locura. 
Mis deseos siguen siendo exactamente los mismos que expresé en Respondamos sinceramente: ¿deseamos justicia o venganza?: https://usatumenteparapensar.blogspot.com.es/2017/09/respondamos-sinceramente-deseamos.html) pero ahora le toca mover ficha a los votantes catalanes. Está en vuestras manos elegir entre el abismo sin propósito y la confrontación sin fin o, por el contrario, una nueva etapa donde la armonía –a pesar de las diferencias de opinión- sea el factor predominante en este país y, especialmente, en la sociedad catalana.


[1] Exceptuando las parodias que de él hacen los Morancos con el típico arte andaluz: https://www.youtube.com/watch?time_continue=257&v=k6ZWC2UQJ18

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